diumenge, de juliol 06, 2008

La llegada del agua potable a las casas de Penáguila



El jueves, 19 de febrero de 1948, el Diario Información publicó que “la Excma. Diputación Provincial de Alicante está ejecutando diversas infraestructuras para la conducción de agua a distintos pueblos de la provincia”. La partida presupuestaria para llevar a cabo los diferentes proyectos asciende a 1.328.054,64 pesetas. Los pueblos beneficiados por esta partida son los siguientes: Campell, Balones, Polop y Chirles, Calpe, Penáguila, Daya Nueva y Bolulla.



De derecha a izquierda: Angelita Sapena, Milagros (prima de Angelita Sapena), Carmen la Chata, Carmen Sabedra (hija del guardia civil Emilio Senabre), Julia la Ferrera y Paquita (hermana de Nieves la Panadera).


Entrando en materia, concretamente en la población de Penáguila, se prevé la construcción de un depósito de agua y dos fuentes públicas para un censo que asciende a 850 habitantes (actualmente 330 habitantes). Para ello efectuaron una toma en la Fuente Mayor por medio de una tubería de 400 metros, en una elevación de 38 metros. Además, como hemos expuesto anteriormente, se dota al pueblo de dos fuentes públicas, la de la plaza de la Iglesia y otra en la placeta de la cabina de teléfonos. Las obras quedan presupuestadas en 132.250, 97 pesetas. Finalmente, será en el año 1949 cuando se dote al pueblo de los servicios citados.




La comitiva encabezaba por las jóvenes del pueblo ataviadas con el vestido tradicional de masera.
De este modo, los balcones de las casas se encontraban engalanados con mantones dando la bienvenida a las autoridades. La comitiva estaba encabezada por seis jovencitas ataviadas con el vestido tradicional de masera. A continuación, les seguían las diferentes autoridades, entre las que destaca un tricornio de la Guardia Civil. También cabe destacar la dama de honor, Nieves la Panadera, y al señor Eduardo.


Nieves la Panadera, de dama de honor, acompañada por el señor Eduardo.
Como podemos observar en las fotografías, la inauguración del depósito y las dos fuentes públicas, fue un evento de gran importancia que ocasionó la asistencia de toda la población. Evidentemente, la expectación no podía ser menos, ya que la construcción del depósito significó la llegada del abastecimiento de agua potable a las casas de Penáguila y, por tanto, las mujeres ya no tenían que ir con sus pesados cántaros a por agua a las fuentes distribuidas por todo el pueblo.
Fuente: Diario Información
Fotografías: 1ª familia Sapena y 2ª Pedro Montoro Bayón